Fin de semana triste

El sábado, a los 10 minutos de levantarme recibí la llamada de alguien para darme la peor de las noticias. Su padre había fallecido. Su padre era mi amigo desde hace 14 años y pareja de mi madre. Una persona que día a día se ganó el cariño de la familia, de mis hermanos, de mis hijos, de mi marido y de nuestros amigos. Era parte importante de la familia, una persona vital, muy activa, bonachón, bromista, simpático, tranquilo, conciliador... podría poner muchos más calificativos y todos buenos. Quiero quedarme con el sentimiento de que he tenido la suerte de conocerle y tratarle todo este tiempo y olvidar todo lo que ha ocurrido estos 6 meses en los que ha estado enfermo y he visto como se apagaba. 

Fue electricista en RTVE hasta jubilarse hace 5 años pero era un manitas global, le encantaba estar trasteando en su garaje y haciendo una cosa tras otra, nada se le resistía, tenía imaginación, paciencia y tesón. Justo cuando le detectaron el cancer habíamos hablado de hacer un armario para Nancy. Me hubiera encantado conservarlo ahora como recuerdo... algo hecho entre los dos. 

Hoy, al salir de casa me he encontrado con que una vecina dejaba esto en la calle para que lo recogieran los de la basura. Siempre he querido tener una y no me lo he pensado, la he cogido. Por dentro está muy bien salvo algunos pegotes de cola caliente que saldrán sin esfuerzo. La fachada es de papel pintado, no me gusta así que o bien le pondré piedrecitas o bien la encalaré de blanco. El problema es el tejado, Lo tenían pegado con cola pero se ha despegado y le falta alguna teja de madera y hay algunas rotas y le faltan tambien unas tablillas que hacen de embellecedores en las esquinas. Al verla así de quien primero me he acordado es de Gregorio, la persona que se acaba de ir, y de lo alegremente que acometería la tarea de arreglarlo y de lo maravillosamente que remataría su trabajo, porque también era una persona muy meticulosa y perfeccionista, la casa habría tenido lámparas y luces... que para eso "el chispas". Parece que le estoy viendo con sus gafas, sus herramientas y su lengua asomando entre los dientes, como siempre que hacía chapuzas, como si con la lengua fuera le fuera todo más fácil. Ayer, en el tanatorio, uno de sus hijos me dijo que es algo de familia, que al abuelo de Gregorio en Ocaña, su pueblo, le tenían puesto el mote del "Tío Perrito" por ese mismo gesto al trabajar... 

Bueno, creo que ha sido como una señal, hemos sido más que amigos familia, de sentimiento, no de papeles,  y yo soy persona de coger apegos a las cosas que me traen recuerdos de personas o momentos vividos, y  ahora me gustaría tener algo que hubiera sido suyo, una herramienta vieja viejísima o algo así, que es algo que le representa muy bien y me llega algo que siempre he querido, que podía haber arreglado con su ayuda en los buenos tiempos y que parece que pide que lo haga yo por él como homenaje y por eso voy a  poner el mismo empeño en que quede perfecta que si lo hubiera hecho él. Va por tí, Gregorio.