Tremenda ilusión
me hace este hallazgo. En una revista antigua de comics aparece este anuncio de uno de los juguetes de mi infancia. Me encantaba dar de comer a esta tortuga, la atiborraba de pesetas todo el día. Para mí era como magia ver como desaparecían las monedas al apretar el botón. Mi tortuguita estiraba el cuello movía las extremidades como si fuese a echar a andar y se tragaba mi duro...
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