Mi última caja de vino



La pinté de mostaza excepto la tapa que solo llevaba el contorno en ese color, el resto de la tapa estaba teñido de color caoba. Pegué unas ilustraciones de una lámina de decoupage con motivos de San Valentín, antes de San Valentín y como no me gustó el resultado la dejé de lado durante meses. Cada cierto tiempo la miraba y pensaba en acabarla pero no llegaba nunca el momento, un día le añadí el relieve con textura de los laterales y lo dejé así durante otro mes, otro día pensé en craquelar con la técnica de 2 pasos las ilustraciones, otro escribir la fecha en la que empecé a salir con mi marido y luego en añadir detalles y filigranas en color dorado. Al final para integrarlo todo un poco di betún de judea y retiré el excedente con un trapo. El caso es que aunque no es el trabajo que más me gusta de los que he hecho he de reconocer que una cosa que empieza muy mal no tiene porqué quedar mal si le das la vuelta, pasas del planteamiento inicial y la tratas como si partieras de cero.

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